admin-ClaudiaCEn el complejo mundo de las relaciones humanas, el amor y la amistad “deberían” entrelazarse para crear una conexión profunda y duradera entre dos personas. Y en el contexto de las relaciones de pareja, estos dos elementos se vuelven aún más importantes ya que son los pilares fundamentales que sustentan la solidez y la estabilidad de una relación.
El amor en una relación de pareja con el tiempo es más que la mera atracción física o la pasión del momento. Se convierte en un compromiso profundo y enriquecedor, arraigado en el respeto mutuo, la confianza y la empatía. Este tipo de amor va más allá de las emociones efímeras y se manifiesta en acciones cotidianas que demuestran cuidado, apoyo y comprensión hacia el otro.
Para que el amor perdure en una relación de pareja, no hay recetas mágicas, pero, es esencial cultivarlo activamente. Esto implica comunicarse de manera abierta y honesta, expresar gratitud y aprecio, y estar dispuesto a comprometerse y a crecer juntos. Además, el amor requiere paciencia y perseverancia para superar los desafíos y obstáculos que inevitablemente surgen en el camino.
La amistad en una relación de pareja añade una dimensión única de conexión y camaradería. Cuando dos personas se consideran no solo amantes, sino también amigos íntimos, la relación se enriquece con una base sólida de confianza, complicidad y diversión compartida. La amistad fomenta un sentido de cercanía y familiaridad que fortalece el vínculo emocional entre los compañeros.
En una amistad verdadera dentro de una relación de pareja, cada uno puede ser auténtico y vulnerable sin temor al juicio o al rechazo. Se construye un espacio seguro donde ambos pueden expresar libremente sus pensamientos, sentimientos y deseos, creando así una conexión emocional profunda y significativa.
Por eso en muchas de las relaciones de pareja duraderas, el amor y la amistad no existen de forma aislada, sino que se complementan y se refuerzan mutuamente. Cuando se logra un equilibrio armonioso entre ambos, se crea un ambiente en el que ambas partes se sienten valoradas, comprendidas y amadas en todos los aspectos de su ser.
Para mantener este equilibrio, es crucial dedicar tiempo y esfuerzo a nutrir tanto el amor como la amistad en la relación. Esto implica compartir momentos íntimos y románticos, así como también disfrutar de actividades divertidas y relajadas juntos como lo harían dos buenos amigos. Además, es importante seguir comunicándose abierta y sinceramente, buscando siempre comprender y apoyar al otro en cada etapa del camino.
En resumen, el amor y la amistad son pilares fundamentales en las relaciones de pareja duraderas. Cuando se cultivan con cuidado y atención, crean un vínculo sólido y significativo que perdura a lo largo del tiempo, enriqueciendo la vida de ambos compañeros y brindando un sentido de plenitud y felicidad mutua.
Por eso estoy muy de acuerdo con el Dr. en Psicología Walter Riso, cuando escribió:
“Cuando seleccionamos pareja, no solo elegimos amante, también elegimos un amigo en potencia”
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