Cuando se vive junto a un compañero que tiene problemas con su sexualidad, indiscutiblemente afecta y altera el ritmo de la vida sexual de la pareja. Con alguna frecuencia oímos a muchas mujeres quejarse de su incapacidad para lograr un orgasmo y cuando indagamos acerca de su historia y relación de pareja, encontramos que junto a ellas hay un compañero que tiene eyaculación precoz; una de las disfunciones sexuales masculinas más comunes y que más conflictos y frustraciones provoca en la mayoría de hombres y mujeres. De allí la importancia que la mujer también conozca acerca de esta disfunción masculina y la manera como puede involucrarse y ayudar a su pareja a superarla.
Definir lo que es eyaculación precoz no es tarea fácil. Sin embargo muchos sexólogos están de acuerdo con la definición dada por Helen Kaplan (1974) quien señaló que debía hablarse de eyaculación precoz cuando el varón no ejercía un control voluntario sobre el momento de la eyaculación, es decir la eyaculación sorprende sin poder controlarla y puede aparecer bruscamente o paulatinamente. El hombre que eyacula en forma prematura no ha aprendido a controlar su eyaculación debido a que no logra la identificación de las sensaciones que preceden de inmediato al orgasmo. La ansiedad constituye un factor importante en el bloqueo de la percepción de la sensación que señala la eyaculación inminente. Pero a diferencia de la erección que no puede ser controlada a voluntad, la eyaculación y el orgasmo sí pueden ser regulados.
Esto significa que la eyaculación precoz constituye un fenómeno reversible, es decir, con el entrenamiento adecuado, los hombres pueden aprender a descubrir las sensaciones que anuncian el orgasmo y luego aprender a controlar la eyaculación.
Una técnica que ha sido diseñada precisamente para llevarse a cabo con la pareja es la creada por Semans y que en la actualidad es usada en terapia sexual. Esta técnica consiste en una serie de ejercicios que se pueden realizar ya sea solo o en pareja y cuyo objetivo es enseñar al hombre a identificar y controlar la acción eyaculatoria. La terapia incluye también una serie de ejercicios como caricias y reconocimiento corporal y genital hasta que la persona consigue el control suficiente en la eyaculación. Para esto lo más conveniente es acudir al especialista lo antes posible, ya que las disfunciones sexuales tienen solución cuando se tratan oportunamente. Igualmente brindarle apoyo, confianza y amor son factores que le darán la seguridad para superar este problema que sin lugar a dudas esta afectando la relación de pareja.