admin-ClaudiaCHace algunos años se creía que el orgasmo femenino lo provocaba la estimulación de la vagina; pero algunas investigaciones, entre ellas las reportadas por Masters y Jhonson a mediados de la década de los 70 y posteriormente por Helen Kaplan, indicaron que esto no era así.
La penetración en la vagina es extremadamente placentera y gratificadora para la mayoría de las mujeres, pero el orgasmo suele desencadenarse como resultado de la estimulación directa y rítmica del clítoris; concluyeron estos investigadores.
No obstante hay un porcentaje de mujeres que reportan su preferencia por los orgasmos vaginales, sin estimulación directa del clítoris. Y varios estudios demuestran la existencia, en la mayoría de las mujeres, de zonas erógenas vaginales cuya estimulación apropiada lleva al orgasmo.
La estimulación directa del clítoris o de la zona inmediatamente circundante puede dar lugar a un orgasmo sin penetración en la vagina. Esto es lo que ocurre por ejemplo: en la masturbación, en la relación manual u oral con la pareja. Desde luego el orgasmo puede también producirse durante el coito, porque en esos momentos el clítoris es estimulado indirectamente: los movimientos de entrada y salida del pene constituyen una fricción del capuchón del clítoris, estimulando así este órgano. Además, con los movimientos de la pareja, la zona del clítoris entra en contacto con el hueso púbico del hombre; y así es como algunas mujeres tienen sus orgasmos en el curso del acto sexual.
No todas las mujeres pueden experimentar orgasmos coitales. Esto se debe a que la estimulación clitórica que proporciona el coito es indirecta y no tan intensa como la estimulación directa del clítoris. En estos casos la estimulación indirecta del clítoris puede no ser lo bastante intensa como para provocar el orgasmo en algunas mujeres.
Muchas mujeres no alcanzan el orgasmo durante el coito, pero responden fácilmente a la estimulación directa del clítoris por parte de su compañero. Esto no debe causar ninguna preocupación en cuanto a la sensibilidad de la mujer o la capacidad de su compañero como amante, ni en cuanto al valor de la relación.
Ya que las evidencias muestran que más de la mitad de las mujeres requieren la estimulación del clítoris para llegar al orgasmo.
Lo importante es entender que cada mujer es diferente en su capacidad de excitación sexual y en sus posibilidades de clímax y que ningún planteamiento debe interferir para que cada mujer, encuentre su propio estilo y adapte sus posibilidades y limitaciones a la búsqueda del placer.
