Aprender a meditar: Tu mejor regalo

Muchas veces nuestra  labor como hijas, madres y/o esposas, no nos dejan tiempo para preocuparnos por el  ser más importante de nuestras vidas. NOSOTRAS.

O si no veamos, ¿cómo es un día normal en tu vida? Seguramente llegas a casa, cansada del trabajo del día. Mientras preparas la cena, lavas ropa; el timbre del teléfono no cesa de sonar. Los niños están gritando porque insisten en que les prestes atención… ¡y tú estás a punto de estallar!

Si este es el panorama, es hora de que te des un buen regalo de vida y aprendas a relajarte y meditar; solo tomará algunos minutos de tu tiempo y en la medida que lo practiques con frecuencia, será un regalo inolvidable para tu cuerpo y tu espíritu. Todo lo que necesitas es ¡comenzar!

Primero, haz un alto en todas las actividades que estés realizando. Busca la mejor hora del día, para hacerlo. Por ejemplo: cuando los niños estén durmiendo, desconecta el teléfono y exígete a ti misma esos minutos.

También necesitas de un lugar tranquilo con una temperatura moderada o tal vez prefieras meditar al aire libre, en un medio natural y tranquilo.  ¡Tú escoges!

Hay ciertas herramientas a las que puedes recurrir cuando meditas, como una música suave,  velas,  incienso, o  flores;  en un ambiente con estos elementos,  te relajarás mejor.

Ahora, respira profundamente y deja escapar el aire lentamente empleando el diafragma. Para comprobar si estás respirando de la manera indicada coloca tu mano debajo del ombligo; cuando respires tu vientre debe moverse, no tus hombros.

Piensa ahora en tu vida y al mismo tiempo reflexiona sobre qué factores son los que te están haciendo sentir tensión y ansiedad. Una vez identificado el factor que te causa estrés, piensa en una manera práctica y realista de lidiar con esa situación.

Trae a tu mente pensamientos positivos y palabras positivas o imagina  algún sitio  que te traiga recuerdos lindos, esto te ayudará a neutralizar el estrés y a enfrentarte a la situación que te está afectando en una forma más ecuánime, sensata, y con mayor objetividad.

Con el tiempo tu subconsciente recordará el estado de relajación que tú sueles conseguir al concentrarte en los pensamientos positivos o los sitios que te traen paz y la calma te invadirá rápidamente.  ¡Animo! ¡Adelante!

 Claudia Campos. MHS

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