Como muchos aspectos de la vida de una mujer, la expresión y vivencia entorno de un aspecto de su sexualidad como es la menopausia ha cambiado sustancialmente en los últimos años.
La manera como una mujer experimenta su sexualidad en esta época de su vida, depende de la manera como ella perciba su experiencia erótica, del concepto que tenga de sí misma, la capacidad de disfrute de sus posibilidades vitales y de la convicción que tenga de que ella es la dueña de su destino y de su vida.
La aceptación y ajuste a la menopausia depende más de la adaptación general de la mujer a los períodos anteriores de su vida, que a los cambios físicos a los que se enfrenta. Y la vivencia de la sexualidad en estos años, igualmente depende de cómo haya vivido su sexualidad y vida de pareja en el pasado.
Es así como podemos encontrar un grupo de mujeres para quienes la menopausia sigue teniendo la connotación negativa que por muchos años la ha caracterizado.
Unas porque han vivido su sexualidad como una situación desagradable; y la palabra placer no tiene significado y el coito sólo es uno más de los deberes conyugales. En este grupo de mujeres la llegada de la menopausia representa un gran descanso de todas esas situaciones negativas, lo ven como la excusa perfecta para dejar de hacer lo que tanto les molesta.
Para otras, al cesar la función reproductiva sienten que su papel de mujeres carece de sentido, ya que fueron educadas dentro de un contexto donde la sexualidad representaba únicamente procreación y para quienes el valor de la mujer reside en su capacidad de ser madre. En este contexto, sienten que pierden valor e importancia.
Por otro lado, encontramos un grupo de mujeres quienes a través de su vida han experimentado su actividad sexual de una manera gratificante y han asimilado con una actitud abierta y positiva los cambios de su cuerpo y de su sexualidad.
Ellas ven en esta etapa de sus vidas nuevas oportunidades de disfrutar pues tienen la seguridad de no quedar en embarazo y la posibilidad de compartir más tiempo con su pareja. Son mujeres que buscan mejorar su experiencia y demandan activamente de su pareja una relación placentera: Preguntan, se informan, comentan con sus amigas, en fin, toman un papel activo.
En ocasiones, lo que puede suceder es que sus compañeros no están preparados para este estilo de comportamiento y actitud de sus esposas y se sienten asustados antes las nuevas demandas. Pero de ser asi, ve con calma, no te des por vencida y poco a poco conviértete en una fantástica maestra de tu pareja.
Claudia Campos, Ps, MHS