admin-ClaudiaCSi las mujeres que hemos sido madres fueramos un poco mas honestas o tal vez perdieramos el temor al que dirán o al pensar que es un pecado decir lo que por momentos se siente frente a la crianza de los hijos; creanme que esta verdad, sería la mejor política de control de natalidad que podría haber, habría menos embarazos de adolescentes y muchas menos mujeres “madres solteras”.
Se preguntaran a que verdad me refiero, pues bien la situacion es que despues de nueve meses de larga espera, en la que se pasa por todas las etapas, sorpresa, irritabilidad , nauseas , malestares , resignación y por último la felicidad extrema, se encuentra uno con que la vida de madre, no es tan linda como la pintan.
En efecto nadie le dice a uno que a partir de ese momentos duermes cinco horas diarias (con suerte); que en vez de salir un viernes al cine te tienes que quedar repasando el lavado de la ropa y de paso maldiciendo al inventor de la plasticina y la témpera, o que ya la presentación personal no es la misma, la ropa siempre tendrá una manchita de comida, o un botón de menos producto del tira y afloje con el bebe.
Y ni hablar de los instintos cavernícolas que afloran cuando la situación se sale de los límites. Hay veces que los angelitos lloran y lloran y uno no sabe qué les pasa, y ahí es cuando aparecen las abuelitas que con la mejor intención aconsejan “dale agüita de apio”, o “untale aceite de manzallina”o….. Ya en ese momento uno parece que va a reventar , pero no puedes decir nada de tus frustraciones para no ofender a alguien y no dañar la imagen de madre abnegada y amorosa que la sociedad te impone.
Y es que en verdad son tantos los miedos que enfrenta una mamá, de no cumplir con las expectativas de la familia, las personales, de no calzar con la imagen ideal de maternidad, de cómo se tiene que dejar de lado metas personales y hacer sacrificios en el plano profesional. ¿Conocen algún hijo de una mujer exitosa que diga que pasó suficiente tiempo con su madre o que está satisfecho con la relación que llegó a tener con ella?
Y la verdad es que se habla tan poco del tema, nadie le cuenta a uno de que la vida personal se acaba fuera del horario del jardín infantil, de cómo estas sorpresas se van acumulando hasta acabar en un gran cansancio, y en que a veces el gran amor que se siente por los hijos no basta para superar estos obstáculos. Y lo que es peor…que a medida que crecen parece que los retos crecen con ellos.
Y ni hablar de los padres, brillan por su ausencia, salvo excepciones, los hombres se dedican a su función de proveedores y de ahí en mayor o menor medida se desligan de la situación.
Es cierto que nadie nace sabiendo, pero las que ya han sido mamás podrían perder el miedo a contar lo que saben, que la vida con esos angelitos a los que adoramos, cuando no hay apoyo o real conocimiento de lo que significa, puede convertirse en una pesadilla e impedir disfrutar de un hijo, y que el hecho de contar la verdad no nos hace madres desalmadas, ni dejamos de amar a esos seres maravillosos que si… a pesar de… se convierten en el mayor amor que tenemos las mujeres en nuestras vidas.
FELIZ DIA A TODAS LAS TITANICAS MADRES
