La adicción al sexo es una de las dependencias menos confesadas y visibles de todas las que existen. Y la menos reconocida por quien la sufre, sin embargo, cada día aumenta mas el número de personas que solicita ayuda debido a las consecuencias de este trastorno sexual.
Consecuencias que van desde problemas económicos, divorcios hasta estados de depresión severos. La adicción al sexo puede manifestarse de múltiples maneras: algunos de los comportamientos mas usuales son: masturbación compulsiva, relaciones con múltiples parejas – promiscuidad, encuentros con personas desconocidas, exceso de pornografía, utilización excesiva de líneas eróticas y hostigamiento sexual continuo a los demás.
La característica principal de la adicción al sexo es la incapacidad de la persona para poder controlar el impulso sexual. La necesidad de seducir se convierte en una obsesión y, como consecuencia, se produce la conducta impulsiva sexual para reducir la ansiedad que provocan los pensamientos sobre el sexo. Es como un círculo vicioso.
Los adictos al sexo son hábiles en el disimulo, por que su problema los avergüenza. Pero, con frecuencia, su dependencia al final siempre es conocida.
Algunas personas que sufren de adicción al sexo deciden pedir ayuda porque desean poner fin al problema ya que le esta causando serios malestares en su vida: separación, divorcio, vergüenza, inestabilidad económica, ira, frustración, dependencia, sufrimiento, problemas legales o ideas de suicidio entre otros. Si usted es una de esas personas tenga presente que como todas las adicciones hay ayuda profesional y que bien vale la pena liberarse de ella, pues obsesionarse con el sexo destruye la tranquilidad y la felicidad en otros aspectos de su vida.
¿Soy adicto al sexo?
Responder las siguientes preguntas le podrá ayudar a ver si usted padece de adicción al sexo o va por ese camino.
1. ¿Le esconde a los demás su vida sexual, es decir, no le gusta hablar del tema en lo absoluto, ni habla al respecto cuando tiene un problema?
2. ¿Lleva una doble vida?
3. ¿Se avergüenza de sus acciones porque considera que no son morales?
4. ¿Practica sexo en lugares y con personas desconocidas sin poder evitarlo?
5. ¿Siente remordimiento o culpa después de un encuentro sexual?
6. ¿No consigue mantener una pareja estable por su conducta sexual?
7. ¿Necesita cada vez mayor variedad y frecuencia en las relaciones?
8. ¿Engaña a su pareja con otras personas, incluso desconocidas?
9. ¿Su conducta sexual le trae problemas legales (prostitución, llamadas obscenas…)?
Si cinco de sus respuestas fueron afirmativas, busque ayuda profesional, es muy probable que usted tenga una adicción al sexo.
Claudia Campos. MHS