Nuestros sentimientos y emociones desempeñan un papel fundamental en la vida, en el sentido de vivir, en la alegría, el bienestar y la salud. Sin embargo es un aspecto que a menudo descuidamos.
Cuantas veces hemos oído hablar que una mala relación de pareja, las continuas agresiones, las dificultades sexuales, las perdidas amorosas, y el estrés, pueden alterar los ciclos hormonales, afecta el sistema inmunológico y lesiona gravemente el deseo de vivir de una persona. Estas reacciones son debidas en gran parte a que la deprivación del placer, la frustración sexual, el desamor y la constante insatisfacción causan irritabilidad, desánimo, menor vitalidad, dolor del cuerpo y del alma, además de las anomalías propias de la misma respuesta sexual.
Por fortuna cada vez es mayor el porcentaje de personas que están dando el cuidado que se merece y valorando el mundo de sus sentimientos y emociones; dándose cuenta que cuidar de él significa calidad de vida. Que vivir una sexualidad placentera, orgásmica, y armónica, aumenta la energía, genera entusiasmo, actividad y mayor alegría de vivir.
Que expresar lo que se siente, quiere y desea es saludable para el cuerpo y el alma. Que los sentimientos positivos, son fuente de energía, enriquecen la vida, protegen la propia salud y por supuesto la de otros/as si aprendemos a expresarlos. Las manifestaciones cariñosas, las caricias, la ternura, las palabras afectuosas actúan como calmantes, relajantes, hasta como analgésicos; son una valiosa ayuda para vivir. Es un hecho cada vez más evidente, que la seguridad personal suele ser consecuencia de sentirse amada/o y que va ligada con el buen funcionamiento de nuestro organismo; como también, que muchas sanaciones provienen del apoyo de relaciones afectivas y amistosas.
Por esto si estas buscando mejorar tu calidad de vida, tus relaciones de pareja, tu sexualidad y salud; la respuesta esta dentro de ti mismo.
Atrévete a expresar sin temor, con un abrazo, una caricia, una palabra, lo que sientes y deseas.
Claudia Campos, Ps, MHS