A pesar de que una de las principales causas de los conflictos personales y de pareja, es el aspecto sexual. Muchas personas se niegan rotundamente a consultar un profesional cuando de sus problemas sexuales se trata. Y es que los miedos, falsas creencias y tabúes, no nos permiten hablar claramente de que tenemos un problema sexual y menos acudir a una terapia sexual. Quizá por el desconocimiento que existen profesionales ya sean médicos o Psicólogos/as Clínicos cuya especialización es precisamente el ramo de la sexología.
La terapia sexual es un tipo de asesoramiento cuyo objetivo es ayudar a las personas a disfrutar de su vida sexual, ya sea superando algún tipo de dificultad sexual (disfunción sexual) o simplemente porque queremos mejorar nuestra capacidad para sentir placer a solas o en pareja, para enriquecer nuestra habilidad para dar y recibir placer a través de nuestros sentidos, cuerpo, piel y afectos.
A partir de los años 60 se ha desarrollado un método de terapia sexual más breve y directa, que permite abordar la gran mayoría de los problemas sexuales sin necesidad de ahondar en el pasado que, obviamente, no puede modificarse. Pero en lugar de ello, podemos modificar la actitud que se tiene hacia los problemas, cambiar los sentimientos, desprenderse de los viejos mitos y encontrar caminos nuevos.
En primer lugar el/la terapeuta sexual atenderá los aspectos biológicos si así lo considera necesario, a fin de descartar cualquier causa orgánica o fisiológica y también podrá determinar de manera objetiva si la persona tiene realmente un problema sexual o si el problema radica en la insatisfacción con su relación u otros factores de vida que pueden afectar la sexualidad.
De allí en adelante se podrá especificar cuál o cuáles van a ser los puntos a tratar, según estén influyendo de alguna manera en el mantenimiento de la disfunción sexual. Y cual a criterio del especialista serán las normas y ejercicios para que la persona o pareja los realice en su casa, dándole un seguimiento que dependerá de la problemática de los pacientes.
Debido a la extrema complejidad y a los múltiples factores psicológicos y orgánicos que pueden influir, tanto en el deseo como en la respuesta sexual, es conveniente que la terapia sexual se lleve a cabo de una forma multidisciplinaria, con participación médica y psicológica, pero sin olvidar que el terapeuta sexual es el profesional especializado para resolver los problemas sexuales que una persona no está capacitada de resolver por sí misma.
Claudia Campos. MHS