Para muchas personas esta época del año es de alegría y motivo de festejo, pero para otras, yo diría un alto porcentaje, no lo es tanto, quizás porque están atravesando momentos difíciles, ya sea debido a una enfermedad, un divorcio, una traición o la muerte de alguien amado, dolor que deja como suspendida el alma si rumbo y sin aliento.
Son estos momentos en los que la vida nos pone a prueba como dice tan acertadamente Merce Castro autora del libro “Volver a Vivir”. Por eso hoy me limito a citar partes de este hermoso libro con la esperanza que ayude a transitar y ver la luz de un nuevo amanecer a quienes sienten que nunca volverán a ver el cielito azul.
En aquellos momentos en que la vida nos pone a prueba y pensamos que no podemos continuar, es cuando el Universo conspira más a nuestro favor. En esos momentos de desesperación, nos hemos de limitar a respirar. A notar como el aire entre y sale de nuestro cuerpo, mientras pedimos ayuda a “los de arriba” y nos decimos a nosotros mismos que todo pasa.
“Eso es lo que hacía yo, cuando no podía más y lo que hacen otras personas con las que he compartido experiencias vitales difíciles, como el duelo o la enfermedad severa”. (Castro)
“La ayuda no tarda en llegar y aparecen para darnos la mano amigos, terapeutas y maestros que nos guían para recorrer un tramo más. Eso es importante que se sepa, porque funciona. En los días, los meses o los años de dolor y oscuridad no estamos solos si mantenemos el corazón abierto al amor, con la intención de reinventarnos, dejando los prejuicios y las máscaras a un lado. No es debilidad pedir ayuda, no es malo abrazar el dolor y dejar que otros nos ayuden a sobrellevarlo, a la vez que nos decimos “esto pasara”, poner resistencia es negar que la vida nos esta dando la oportunidad de aprender algo de nosotros mismos y de recibir amor de quienes quieren brindárnoslo.”
Sin máscaras podemos percibir mejor los destellos de luz que conducen a buen puerto.
Claudia Campos. MHS.